¿Y si Álvaro Saieh comprara Chilevisión?

Dicen las malas lenguas –en cuanto a la maldad del habla, no las malas en otros menesteres– que el Grupo Saieh, dueño de Copesa, estaría interesado en comprar Chilevisión. Sumaría así a sus diarios, revistas y televisión por cable, telefonía e Internet –participa de manera importante en la propiedad de VTR– un canal de televisión.

No parece una idea descabellada. Mal que mal, la compra configuraría un conglomerado de medios completísimo. Además, Saieh podría aplicar el know how adquirido en La Tercera, buque insignia de Copesa, en el manejo de CHV. Veamos.

Tendencias
Chilevisión podría estrenar un programa –acaso un bloque completo– destinado a analizar lo que ocurre en la “sociedad”. Los periodistas que escriben en este suplemento podrían pitutear en TV, mostrando al público picnics en las plazas de Vitacura, uno que otro chiche tecnológico, harto viaje y muchas, muchas cifras que demuestren que esto no es una moda, sino una tendencia. Éxito asegurado.

Decoración
Otra innovación que sería grito y plata en TV. Guapas conductoras, ojalá rubias –a estas alturas, poco importa si son naturales o no– mostrando casas, departamentos y sobre todo lofts en el sector oriente y en barrios reciclados y cool. La idea es enseñar a los simples mortales cómo se debe vivir: en ambientes minimalistas, cargados al blanco y matizados con antigüedades seleccionadas en viajes por el mundo. Porque ahora lo que se lleva es vivir con estilo.

Yingo
Mantendría su estructura y casting actuales, aunque su nombre sería cambiado a “Bomba 4”, con el fin de unificar criterios. A nivel de contenidos, si cabe utilizar la palabra para un programa como éste, nada variaría.

Primer Plano y SQP
Al igual que Yingo, mantendrían su estructura y contenidos, pero con el nombre de “Vida cultural” el primero y “Vida social” el segundo. Con esto, se busca potenciar la relevancia de los contenidos entregados por estos espacios.

Reestructuración de contenidos existentes
El equipo de La Cuarta se dedicaría, por ejemplo, a desarrollar programas como “Infieles” y “Mujeres de lujo”. Con sus años de reporteo y con esa pluma dotada como pocas, de seguro sería un salto cuántico en la calidad actual de estos programas.

Adicionalmente, y como cápsulas entre la programación –en la línea de las reflexiones eclesiásticas, La moda al día o Visiones– se implementaría la sección Bomba 4, para poner un poco más de carne en la parrilla (programática, se entiende).

No vendría mal, entonces, este cambio de propiedad. Al final del día –como diría uno de los panelistas de Tolerancia 0, que permanecería sin cambios mayores– la línea del canal se mantendría.

Por @elquenoaporta