Fue así como el 16 de abril gran parte de los trabajadores de la empresa quisieron sumarse a la marcha convocada por la CUT. Razones para la molestia había: despidos y una progresiva disminución de la calidad de las condiciones de trabajo.
Sin embargo, en la víspera, Juan Pablo Toro (director de MercurioValpo) y Pedro Urzúa (su par de La Estrella) hablaron con sus periodistas, gráficos, diseñadores y otros profesionales de la empresa. Y les advirtieron que no querían verlos en la marcha, "o si no tendrán que atenerse a las consecuencias". Se apeló al "compromiso" y a que le estaban haciendo "un flaco favor a la empresa". Claro: El Mercurio nunca se había adherido a una manifestación de este tipo.

Los sindicatos de la empresa acudieron a los tribunales laborales y su demanda fue acogida: El Mercurio fue sancionado por violar el derecho a la libertad de expresión y opinión de los trabajadores. Con esto, están obligados a emitir una publicación destacada en la que señalen su "apoyo irrestricto" al derecho que tienen ellos de expresarse libremente. Aunque les duela.
En ODM estamos ansiosos por leer dicha publicación, aunque sabemos que será una mera formalidad: en la actualidad las condiciones laborales en el puerto siguen deteriorándose. Los periodistas tienen problemas para conseguir materiales tan básicos como lápices, libretas de notas y pilas, mientras que las salidas a reportear a terreno son cada vez más limitadas.
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