Twitter y periodismo, relaciones peligrosas

Hace rato que existe Twitter; ya no cabe calificarlo de novedad. Somos muchos los que hemos desarrollado cierto grado de adicción –unos más, otros menos– y que nos informamos de gran parte de lo que pasa en el mundo y el país a través de esta red. Más todavía: mucho de lo que ocurre en nuestro entorno más cercano nos llega a través de Twitter, y no por medio de un mail o un llamado telefónico, como ocurría antaño.

Los medios “tradicionales” –diarios, revistas, radios y canales de TV– se han hecho parte de este fenómeno incluyendo, entre la información que entregan, “hechos” de Twitter: declaraciones, peleas, falsas noticias, rumores… Twitter ya no es sólo una herramienta para difundir noticias, sino que se ha transformado en una. LUN cita recurrentemente tuiteos de “conspicuos” usuarios, y medios como La Tercera, El Mercurio o La Nación hacen lo propio. Cada vez que ocurre algo importante, al menos un recuadro se destina a las reacciones que el hecho provocó en el universo Twitter. Es la moda.

Lo curioso de todo esto es que se trata de una red que, al menos en lo que respecta a Chile, tiene todavía una baja penetración. Mucho menor que la de Facebook o Fotolog, por nombrar sólo un par que sí han entrado con fuerza en nuestro país. Y sin embargo, en los medios rara vez aparece una imagen que ha causado revuelo en Fotolog o una noticia falsa esparcida por Facebook.

Es que Twitter se ha convertido en uno de los chiches favoritos del periodismo. Y de los periodistas. Lo vimos en uno de los debates presidenciales, cuando Mauricio Bustamante (@tvn_mauricio) utilizó preguntas de tuiteros para interrogar a los candidatos. Utilizan Twitter regularmente Iván Valenzuela (@ivanvalenzuela), Soledad Onetto (@SoledadOnetto), el citado Bustamante, Mónica Pérez (@mxperez), Fernando Paulsen (@fernandopaulsen), Daniel Matamala (@DMatamala) y Juan Manuel Astorga (@jumastorga), entre muchos otros. Y no pocas veces lo utilizan mientras están al aire, en una nueva forma de interacción con el público.

Hace pocas semanas, un grupo de usuarios informó la muerte del ex presidente Patricio Aylwin, según ellos, como “experimento social”, para ver si aparecía un desmentido o la noticia se esparcía por la red. Aparecieron los desmentidos –de la DC, de la familia– pero la noticia también se expandió por la red. Periodistas de muchos medios corriendo tras la noticia, usuarios pidiendo confirmación de la misma, un pequeño desorden informativo.

Canales y programas de TV, radios, medios escritos, todos tienen su cuenta de Twitter. El que no lo hace queda fuera de esta élite de informadores e informados, una suerte de club de iniciados que están (¿estamos?) por sobre el resto del mundo. La última noticia es que Soledad Onetto y Felipe Camiroaga (@halconmatinal) utilizarán Twitter sobre el escenario de la Quinta Vergara. Y llevando las cosas más allá, se ha organizado una campaña para que hoy, noche inaugural, a las 22:00 todos tuiteen “@SoledadOnetto tócate la oreja”. La idea es que lo haga a modo de saludo a los usuarios de la red. Para que vean, todos los que alegan que Twitter no tiene utilidad.

Al final, es un hecho que Twitter se ha instalado con fuerza en los medios, pero cabe preguntarse qué importancia real tiene eso para los lectores, auditores, telespectadores comunes. La mayoría no tiene cuenta de Twitter, claro. ¿Les interesará saber sobre los mensajitos de 140 caracteres o menos que un grupúsculo intercambia a propósito de cualquier cosa? Lo dudo. Por lo pronto, sólo tengo claro que hoy veré la noche inaugural de Viña 2010 con Twitter listo y dispuesto para comentar hasta el más nimio detalle. Pero no le pediré a Soledad Onetto que se toque la oreja. Todo tiene un límite.

Por @nadaqueaportar